viernes, noviembre 30, 2007

Banda local Juana Fe presenta su segundo disco: Afrorumba chilenera






Un sonido nacido y forjado desde el año 2002 en una antigua casa del Barrio Brasil es lo que caracteriza a Juana Fe. Una banda formada por siete jóvenes músicos provenientes en su mayoría de Conchalí, que ya cuenta con dos discos y un público fiel que va en aumento y que repleta sus presentaciones bailando y coreando sus creaciones.

Fácil es seguirles el ritmo, aunque difícil resulte definir su estilo. Juanito Ayala, vocalista de la banda, dice que “es difícil para nosotros definir nuestra música, porque nos gusta la cumbia pero también el hip hop. Pero está todo mezclado, como en una juguera de ritmos latinos. Por lo general nos dedicamos más a hacer la música y que las demás personas se preocupen de clasificar. Les decimos sí que si nos van a ir a ver, van a bailar, se van a reír, van a pasar un buen momento y que les va a gustar”.

Juana Fe debutó hace tres años con el disco "Con los pies en el Barrio". Grabado gracias a los aportes del Fondart, éste fue el inicio del camino hacia la construcción de un estilo de música muy particular que los tuvo encerrados en la sala de ensayo aprendiendo los ritmos cubanos con la asesoría del percusionista cubano David Ortega.

Según narra Juan Ayala, “David estuvo tres o cuatro meses trabajando con nosotros y nos enseñó cómo darle una raíz latina con la influencia que teníamos nosotros de este sector de Latinoamérica. Nosotros nunca habíamos estado en Cuba, entonces era lógico que, si íbamos a grabar un disco de música cubana, teníamos que hacerlo con alguien que nos enseñara cómo se toca allá, en las calles.”.

Porque precisamente es de las calles de donde nace el sonido y las letras de Juana Fe. Al mismo tiempo que aprendían el sonido cubano, Ayala junto al bajista Jaime Concha buscaban las vivencias que darían forma a las primeras canciones. Ayala recuerda que “en esa época estábamos trabajando con organizaciones sociales del sector norte, recopilando historias de los barrios donde vivíamos. Y eso le dio cuerpo a los temas del primer disco”.

Afrorumba Chilenera


Su segundo disco, Afrorumba Chilenera, para el cual contaron con un Fondo del Consejo de la Música y el apoyo del Sello Azul, es producto del trabajo de un año y medio, en que la agrupación formada por Ayala en la voz, el ex Escaso Aporte Rodrigo Rojas en los teclados, Jaime Concha en el bajo, Pablo Vargas en las congas, Tomás Muhr en timbales, el guitarrista Gonzalo Ibáñez y Pancho Cradock en la batería, definió de forma más clara el estilo que querían representar.

El año 2005 participaron en el proyecto Gobierno Más Cerca de la Intendencia de Santiago, experiencia que los ayudó a darse cuenta de lo que les faltaba como banda. “Estuvimos como en 20 poblaciones presentando el primer disco. Y ahí nos dimos cuenta de que sonaba bien, pero le faltaba el bailoteo, de que salían unos cabros a cantar reggaetón con una base y se juntaban 500 personas. Y salíamos nosotros y no pasaba nada, la gente se iba”, cuenta Juan Ayala.

Decidieron entonces simplificar las formas y rescatar lo que los conectaba con el público. Ayala dice que en Afrorumba Chilenera se preocuparon de tomar fenómenos populares más simples e historias para contar “porque nuestro objetivo siempre ha sido que la gente cante y baile cuando nosotros tocamos. Es un disco mucho más familiar”.

A diferencia del primer disco, las bases de los temas de esta nueva producción fueron hechas por Ayala, el vocalista, con letras y acordes elaborados por la banda. Separándose de las influencias del latin jazz, Afrorumba Chilenera contó con nuevos elementos que aportó el mismo Ayala cuando conoció a Los Trukeros, agrupación de cantores de cueca brava. “Yo creo que hay varios temas que no se habrían armado si no estuviera lo que yo aprendí ahí. Esa actitud de la cueca, tan familiar, tan de carrete, con improvisación. Cuando los conocí a ellos, cuajaron un montón de reflexiones mías”, dice.

Esta reelaboración del estilo de la banda dio como resultado un disco más bailable, más cercano, con menos experimentación musical y más seguridad en la propuesta. “La música del primer disco la hicimos aquí, en los ensayos, con mucha improvisación de todos. Salió un disco bien cabezón, cuesta mucho digerir las letras y las melodías. Fue muy musical, muy de nosotros, porque estábamos tratando de armar un sonido y el resultado se notó en el disco. Cuando salimos a tocarlo, no era tan bailable porque era muy complejo, los temas tenían mucha información. Eso para la oreja del común de la gente era un poco difícil de digerir”.

Afrorumba Chilenera promete lo contrario. Temas que inevitablemente prenden la pista de baile cada vez que la banda sale al encuentro de su público, que cuentan las vivencias de la calle a través de actores y situaciones identificables, como el vendedor ambulante, personaje que se tomó el primer sencillo de Afrorumba Chilenera y que ya tiene hasta un video clip disponible en Youtube.

Ana Rodríguez Silva

martes, noviembre 27, 2007

afrorumba chilenera !!!


Si mi función fuera el pregonar discos para su venta en las calles o en las tan echadas de menos micros amarillas, no quedaría más que decir, tal como el coro de "Callejero", el primer tema del nuevo trabajo de Juana Fe: "Lleve de lo bueno, lleve de lo bueno, caballero". O dama. No es por hacerse cargo del lenguaje que recogen las canciones, sino porque este segundo disco del grupo luego de Con los pies en el barrio (2005, Bolchevique/Fondart) refleja dos cosas: primero, la profundización y confirmación de su estilo y su concepción creativa, y, segundo, una calidad y calidez que se expresan no sólo en el disco, sino en las presentaciones en vivo.

Quizás el ejercicio de escuchar el disco, de verlos luego en vivo abriendo una presentación de Chico Trujillo y de volver a escuchar la grabación podría, en algunos casos, complicar el análisis. Pero en este conjunto ambas instancias se nutren. Si bien el efecto de la actuación en vivo refuerza la potencia, el despliegue, el vínculo con los espectadores-bailantes y el calor que se produce –físico y ambiental, el disco permite recuperar esos mismos efectos, pero con la gracia del detalle, de la sutileza y de que el oído acoja con mayor precisión la voz del cantante Juan "Juanito" Ayala, la guitarra que se libera y explaya en elegidos momentos y todo el trabajo de percusión.

Dos elementos más arroja la revisión del disco. Primero, las letras que mantienen la relación, como evidenciaba el título del primer disco, con la idea del barrio, de la calle, de la ciudad, de sus problemas, dolores, realidades ("tiros en la pobla no dejan dormir", se señala en "El volcán") y de la crítica que en una creación chilena o "chilenera" no puede dejar de estar. Lo segundo se desprende de esta última idea, está también en el título del disco: el manifiesto que resulta ser el tema del mismo nombre, donde se habla de una "afro rumba, sanduguera y cumbiambera o hiphopera". Es la claridad presente en estos músicos y en otros que viven una experiencia similar, de reconocerse como intérpretes, creadores o gozadores de una música que si bien toma elementos, ritmos y sones de otros países y realidades, es asumida desde la mirada local, desde el lenguaje o los modismos actuales de Chile, y desde algo tan simple de ponerle el apellido "chilenero". O "chilombiano", como en el caso del disco de Chico Trujillo. Por último, la duda: la clandestinidad del tema 10, pista escondida que se muestra como una extensión de "Andrea", pero que claramente goza de vida y significación propia.
Jordi Berenguer