lunes, febrero 23, 2009

Calorcito del Sur

El terrible de viaje. De Los Muermos volvimos hasta Bucalemu, una playa cerca de Pichilemu que tiene unos bosques mortales que mostrar. Llegamos pasado el mediodía a instalarnos a un espacio justo frente al escenario, que no era tan grande, ni se veía tan bien iluminado. Fuimos a comer por ahí y después a la playita, que estaba con harta gente disfrutando del agüita del Pacífico, así que hicimos lo mismo y tuvimos un ratito ahí de goce de naturaleza. En la tarde, a tocar y de poco se hizo mucho. Debe ser de los escenarios más sencillos de la gira, pero ahí se armó una fiesta pulenta, donde la gente estaba cerquita de nosotros poniéndole bueno en cada canción. Es rico estar cerca del público, porque el festejo lo tení ahí al frente, al lado tuyo, una cercanía que no se da en todos lados, pero que siempre es recibida con mucho cariño. Así que fuimos parte de la fiesta más caliente de Bucalemu y después, en la venta de los discos, pudimos disfrutar de todo la onda que tenían pa nosotros. Estuvo rica esa noche, el manso mambo. Nos quedaba un viaje brígido a Villarrica, así que terminamos la tocata y de vuelta al sur.

Villarrica es un lugar bacán, con un lago que es hermoso, un volcán que da una vista increíble y una mística especial. Más aún si llegábamos para tocar con Paralamas en el día del amor, mmm... Nos repartimos en varios hospedajes, así que ese día estuvo libre y algunos partieron a tirarse un piquero al lago, otros recibieron la visita de sus mujeres y otros se juntaron con algún amigo que andaba por ahí cerca. Eso sí, a la hora del concierto, todos estábamos ahí listos y dispuestos para tocar. Tan preparados, que incluso estábamos listos para tocar media hora antes de lo programado, no sabemos aún bien por qué. El asunto es que cuando empezamos, había llegado poquita gente, pero con ganas de gozársela toda, y nosotros con ganas de dejar todo en ese escenario, que horas más tarde iba a recibir a Paralamas Do Sucesso. Se empezó a juntar más gente a medida que empezaba a sonar la música, y se hacía más grande el grupo que cantaba nuestras canciones; hasta que en un momento era un gran mar de gente cantando, bailando y saltando con nosotros. La información oficial decía cerca de 5 mil personas, pero nosotros pensamos que era más gente, porque cuando nos fuimos a ver la presentación de Paralamas y luego los fuegos artificiales, la calle y el embarcadero estaban repletos por las familias que acudieron al llamado de la música. Al otro día, todo bien con el amanecer nubladito y la llovizna; nos despedimos y partimos rumbo a Valdivia, donde la llovizna se intensificó y se transformó en una lluvia que mojaba su buen resto.

A Valdivia llegamos pa tocar más tarde en Paillaco, una comuna de la Región de los Ríos, la XIV de Chile. Llegamos preguntándonos si sería un problema que la región número 14 estuviera entre la novena y la décima, si es que se prestaría pa la confusión, pero llegamos a pensar que puede ser una movida mística de Valdivia, porque creemos que es una ciudad que tiene toda la onda. Después del almuerzo partimos a Paillaco, un lugar hermoso, en donde se respira buena onda y alegría. Los cabros chicos tienen la mansa personalidad, la gente es buena pa reírse y la relación entre los vecinos tiene ese olorcito a familia que tanto nos gusta. Queremos tocar, pero se atrasó todo porque la lluvia obligó a cambiar el escenario, que estaba pensado al aire libre, al gimnasio municipal. Entonces, cuando llegamos, como la actividad estaba programada para más temprano, la gente empezó a llegar. La prueba de sonido fue con harto público y la gente ya quería que empezara luego la fiesta. Terminamos de probar sonido y se vino un número de payasos, el doble de Marco Antonio Solís, el mismísimo Luis Dimas y después veníamos nosotros. Todos estaban ahí, el show había sido pensados para todos, así que las familias se habían ido enteras al gimnasio. Entonces, con la presencia de harto niño, comenzamos nuestro show que empezó a prender de inmediato. El lugar ya tenía calor humano desde antes, pero cuando invitamos a los niños a subirse al escenario, el mambo familiar agarró la terrible de onda!!! Ahí conocimos a la Sofi, una chiquitita de 4 añitos que se convirtió en la bailarina de la noche, porque bailaba con la mansa actitud y era más simpática! Explotó la fiesta Paillaquina y nos dejaron locos con sus ganas de enfiestarse con nosotros, porque hubo mística con la gente de ahí, con su forma de familia y su buena onda. Volvimos a Valdivia para descansar dos días y aprovechar de celebrar el cumpleaños del Pini, que cumplía 28. Con visita a la cervecería y a la fiesta costumbrista de Niebla, empezamos la celebración el lunes, para continuar el martes con un asadito y rematar en la noche en Última frontera, un local adonde fuimos a tomarnos unas cervecitas, guitarrear hasta bien tarde y relajarnos un rato para seguir con la gira al otro día. Continuábamos en Ránquil, en la VIII región.

Camino a Ranquil, el grupo fue rearmándose, porque algunos se habían separado de la comitiva. A algunos les tocó más y a otros menos llegar, pero definitivamente al Pancho le costó más que a ninguno. Cuando llegamos el lugar donde teníamos que tocar, hubo onda al toque. Estábamos llegando a un camping que daba al río Itata, que tenía el escenario en la playita y una terrible ni que fogata estaba esperando a ser encendida más tardecito. Nos bajamos del bus y partimos al río en tres tiempos, a seguir disfrutando de la generosidad de la geografía de Chile. En la nochecita, después de la presentación de las candidatas a reinas y después de encendida la fogata, comenzamos a tocar para los ranquilinos, que prendieron con nuestras canciones, se las bacilaron con gusto y armaron una la tremenda fiesta. Después de la tocata, a disfrutar de la fogatita, melón con vino, guitarreo playero y todo pasando; una noche especial, porque era la primera fogata de la gira, que nos daba la mano para compartir por más tiempo con los amigos del lugar, con el Claudio a pata pelá en la playa y Perrín en una de sus mejores presentaciones. Nos fuimos a descansar a Longaví, para después ir a Quinta de Tilcoco y luego pasar un ratito por Santiago, para ver cómo anda la cosa en nuestras casitas.

Quinta de Tilcoco está cerca de San Vicente de Tagua Tagua. Como la gente de la municipalidad de San Vicente quedó con la vena porque pedimos que el público pasara la barrera que habían puesto pa separar a las autoridades de los sanvicentanos, decidieron entregar información falseada a sus comunas vecinas. Dijeron que habíamos insultado al público y que habíamos tenido una mala actitud, cuando lo que hicimos fue sólo pedir que la gente estuviera más cerca, para hacer de la energía de ellos y la nuestra una sola. No podíamos insultar al público después de eso, ni después de subir a sus niños al escenario a bailar o después que los cabros cantaron y gozaron con nuestras canciones. Puras mentiras, puras técnicas asquerosas que se utilizaron en otros tiempos y que hay gente que sigue utilizando en nuestros tiempos, cuando no se hacen las cosas como ellos quieren. Por suerte, había gente de la misma Quinta de Tilcoco que había ido a San Vicente y había cachado toda la onda y no tomaron en cuenta la advertencia de los del otro lado. Todo bien, pero queda un precedente de que para algunas personas, Chile no ha cambiado tanto desde hace 20 años pa acá.
En Quinta de Tilcoco nos recibieron con una energía distinta a todo eso. Igual fue un tema de conversación, pero nadie tenía de qué preocuparse, porque llegábamos con cariño a Quinta y ahí había mucho cariño pa nosotros también. A la tardía hora de la tocata, aunque no estaba totalmente lleno, se desató el goce de los cabros quintanos. Incluso llegó un amigo que conocimos en Puerto Montt a bailar con la banda bella. La fiesta estuvo filete y la gente se quedó contenta. Eso sí, terminó tarde la tocata y eso significó llegar más tarde a Santiago y tener menos tiempo para descansar. Pero filo, total somos jóvenes y estamos contentos con la gira, así que no hay cansancio que pueda echar abajo esa alegría.

domingo, febrero 15, 2009

Juana Fe trepa por Chile choro!!!

Era grande el escenario, una tremenda escenografía del Caleuche, el barco fantasma (ignorábamos, eso sí, como había llegado a San Vicente).
Al llegar a la plaza lo primero que nos llamó la atención fueron las rejas. No sabíamos bien, pero era extraño: nos molestaba de sobremanera la reja alrededor del escenario, porque creemos que los espacios son de todos, entonces que los asistentes al carnaval del pueblo estuvieran tan lejos, era algo incómodo, como fuera de lugar. Y se preguntó y los organizadores dijeron que niun drama, que todos podrían entrar y todo bien. Cuando hablamos con los jóvenes del lugar había como un pequeño aire pesimista con respecto al tema, y entre todos coincidíamos en que la idea era que los bailadores estuvieran frente a los músicos. O sea, todos de acuerdo. El problema vino después, porque a la hora del mambo, cuando nos subimos al escenario, la reja seguía ahí y el sanvicentano común y corriente estaba lejos. La idea era que todos estén cerca, o no? O por lo menos, que las reglas sean pa todos igual. Obvio, porque la fiesta es del pueblo, de la calle, de todos y todos los días. Así que después de cachar que la gente estaba con ganas, pero no se atrevían a cruzar la reja frente al llamado, el Juanito paró el show: “nos invitaron a un carnaval, pero pusieron una reja, y los carnavales se hacen con la gente. Así que si no pasa la gente, nos vamos a ir. Si no pasan, no vamos a seguir tocando”, decía el Juan. Se escuchaba eso y el ambiente se ponía tenso por un rato, porque llegaron los guardias y formaron un cerco para contener a la gente, incluso llegaron refuerzos policiales. Por suerte el sonido de los tambores contagio hasta a la alcaldesa, quien dio el sí, y los representantes de la “ley y el orden”se retiraron del lugar y los guardias tuvieron que ver pasar ante sus ojos a los cientos de cabros que saltaron la reja, tomaron posesión y ayudaron a comenzar el viaje con una de las tocatas más calientes que haya tenido Juana Fe. Se formó una comunicación bacán, porque la complicidad y las ganas de disfrutar fluían, las miradas amigas en ese momento iban y venían entre la gente y los juanafeses. Era un momento especial. No sólo porque los antecedentes decían que San Vicente era un lugar donde la gente era terrible de fiestera, sino también porque antes de la tocata Juanito se había encontrado con su profe de música de la media, el que le enseñó a tocar la guitarra, sembrando, de alguna forma, una de las semillas para que floreciera Juana Fe. La tocata no estuvo libre de la mala onda de los guardias por el incidente, pero no vale la pena hablar de eso, ni de las amenazas, ni de las prohibiciones pa darse besos en la plaza... Nos quedamos con lo mejor, con que cuando el Juan pidió que la gente entrara, su profe era uno de los primeros en pasarse y tener esa actitud de la fe, que no es sólo de creer en algo, sino de tener la convicción de que así tiene que ser; con la gente saltando, con los niños bailando arriba del escenario y la energía de los cabros coreando las canciones y eufóricos por haberle dado vida - en complicidad con la banda - a un espacio que antes del recital era un pedazo de tierra en donde el carnaval brillaba por su ausencia.
Entre la alegría y la rabia de la mala onda de los guardias, nos fuimos a la casa donde nos quedábamos entre medio de una villa. Salimos a dar unas güeltas para conocer el río, al lado de la carretera, donde la noche seguía prendida hasta la madrugada. Cuando volvimos, los motores del bus ya estaban prendidos y los bolsos empacados
Emprendíamos el viaje al sur...

Luego pasamos por Lebu, un lugar de la VIII región que celebraba su aniversario con una feria gastronómica. Se come rico en Lebu. El camino que conecta Constitución con Lebu es pulento y tiene unos lugares para quedarse pegado un buen rato mirándolos. Un lugar pequeño con gente cariñosa. Es agradable descansar la vista del exceso de publicidad que abunda en Santiago y los malditos edificios que contaminan el paisaje y destruyen el patrimonio. Lamentablemente no tuvimos tiempo de conocer la costa de Lebu, pero si de probar el curanto y las empanadas de la feria. Nos contaron un par de cosas acerca de como se habían cerrado las minas del lugar y de como muchos buscaban nuevos rumbos en el agüita del río y del mar. Para descansar nos facilitaron unas cabañitas filetes que quedaban en un cerro maravilloso, mirando el mar para disfrutar un puesta de sol de pelos ¡!
Al final del concierto no podíamos ni caminar, entre las poleras, las fotos y los discos, un mar humano nos llenaba de cariño. Lamentablemente nuevamente el bus ya estaba con las meleteras abiertas y listo para continuar por la carretera aun mas al sur, directo al lago Llanquihue...




Amanecemos a las 11 de la mañana frente al lago: impresionante. Nunca habíamos visto un espectáculo tan hermoso. De entradita nos recibe la gente de la muni y nos invitan a una exposición gastronómica con kuchen , strudell , galletas , cecinas, ¡flor de desayuno¡ Para descansar , nos llevan por unos caminos misteriosos hasta el paraíso , unas cabañas al lado de una laguna con el volcán Osorno de fondo. Aprovechamos de descansar y recuperar energía para el show de la noche, con un escenario frente al lago y rodeado de cocinerías. Antes del recital se realiza una presentación de botes alegóricos, donde se premia al mejor decorado. El borde del río está absolutamente lleno de gente, y cuando suenan los primeros acordes de los tambores, nos tiran toda su energía con las manos hacia el cielo...
Con este tercer concierto se nos acaban los miedos que teníamos al principio, pues pensábamos que en el sur, como las personas conocían solo un par de temas, la pega iba a estar un poco difícil, pero todo parece indicar que nuestras canciones son del gusto de todos y eso nos permite disfrutar en pleno de cada recital.
Volvemos a las cabañas y nos quedamos descansando un día más, hasta que la ruta nos lleve hacia Puerto Montt, donde termina la carretera.

Nos fuimos al encuentro de más cariño. Después de una hora de viaje, al mediodía estábamos llegando a Puerto Montt. Nuevamente nos tocó un alojamiento lejos de la ciudad, pero nos arreglamos igual pa encontrarnos con la gente. Ahí llegó el Pablo a ponernos al día acerca de lo que estaba pasando en Puerto Montt, a contarnos cómo llegaron los noruegos con sus métodos a contaminar a los salmones chilenos y a desencadenar una crisis que dejó a miles de puertomontinos en la complicada situación de no tener pega. También supimos de las movidas culturales que algunos pocos están tratando de desarrollar en este maravilloso lugar. Volvimos después de un año...
Por la noche, la terrible ni que tocata, porque la gente de Puerto Montt tenía ganas de expresarse, tenía ganas de decir que fuma caño y que no son drogadictos, que no son tontos, que también repudian que empresas extranjeras vengan a explotar nuestros recursos naturales y que hagan y deshagan con sus políticas laborales. La tocata estuvo rica, miles de puertomontinos cantando nuestras canciones, saltando y llenando nuestros corazones, y dejándonos listos para seguir nuestro viaje.
Ahora se nos viene Los Muermos, un lugar también de la X Región y nos vamos llenos de fe, convencidos de que nuestro trabajo no es sólo tocar, sino también ir llevando nuestro mensaje cariñoso con nuestra gente y nuestros lugares, porque a pesar que hoy nos enteramos que el municipio de San Vicente de Tagua Tagua ahora le está poniendo color, no podemos dejar de desarrollar nuestro oficio.

Hoy nos preguntábamos cómo hay que hacer para que las cosas de las que nos vamos enterando en el camino, puedan ser conocidas por personas en otros lugares. Cómo vamos a hacerlo para hacer que todo esto que supimos, sea puesto para que sea tema de discusión pública. Esto nos preguntamos cuando vamos llegando a Los Muermos, un lugar en la X región, del cual pocos habíamos oído hablar. De Puerto Montt tuvimos que volver a la carretera, para meternos a un camino de puro campo, de harto espacio verde, y animales, y casas apartadas y esporádicas. A pesar de lo poco conocido que era Los Muermos para nosotros, en el show de hoy debemos tocar junto a La Noche, en el día en que se corona a la reina de este lugar. No se si nos vamos a encontrar con La Noche de nuevo en esta gira, pero Los Muermos esta noche va a gozar...
Cambio de planes. La lluvia funó todo. Pasó que La Noche pudo tocar un rato no más, la coronación no pudo ser y nosotros no pudimos tocar, porque la lluvia se puso densa. Así que la gente se empezó a ir. Lo más lamentable de todo era que habíamos invitado a bailar el Callejero a las niñas del hogar Renacer, que conocimos en la tarde y a quien el Juan les había armado hasta una coreografía. Igual les tocamos la canción en formato reducido para que pudieran bailarla, disfrutarla y darles un rato de alegría, que es lo menos que podemos hacer, que es entregarles cariño y ese rato alegre, lejos de turbiedades. En nuestros corazones queda todo el cariño de la gente de Los Muermos, y en nuestras guatitas el queque con el que nos recibieron las dueñas de hogar, agrupación de mujeres que son padre y madre para sus hijos, y se reúnen y se organizan.
Viajamos de noche, así que un carretito cortito en el bus mientras nos despedimos de la X región, y después al tuto, porque al día siguiente debemos estar en Bucalemu, en la VI región, donde pensamos que está todo pasando...