Era grande el escenario, una tremenda escenografía del Caleuche, el barco fantasma (ignorábamos, eso sí, como había llegado a San Vicente).
Al llegar a la plaza lo primero que nos llamó la atención fueron las rejas. No sabíamos bien, pero era extraño: nos molestaba de sobremanera la reja alrededor del escenario, porque creemos que los espacios son de todos, entonces que los asistentes al carnaval del pueblo estuvieran tan lejos, era algo incómodo, como fuera de lugar. Y se preguntó y los organizadores dijeron que niun drama, que todos podrían entrar y todo bien. Cuando hablamos con los jóvenes del lugar había como un pequeño aire pesimista con respecto al tema, y entre todos coincidíamos en que la idea era que los bailadores estuvieran frente a los músicos. O sea, todos de acuerdo. El problema vino después, porque a la hora del mambo, cuando nos subimos al escenario, la reja seguía ahí y el sanvicentano común y corriente estaba lejos. La idea era que todos estén cerca, o no? O por lo menos, que las reglas sean pa todos igual. Obvio, porque la fiesta es del pueblo, de la calle, de todos y todos los días. Así que después de cachar que la gente estaba con ganas, pero no se atrevían a cruzar la reja frente al llamado, el Juanito paró el show: “nos invitaron a un carnaval, pero pusieron una reja, y los carnavales se hacen con la gente. Así que si no pasa la gente, nos vamos a ir. Si no pasan, no vamos a seguir tocando”, decía el Juan. Se escuchaba eso y el ambiente se ponía tenso por un rato, porque llegaron los guardias y formaron un cerco para contener a la gente, incluso llegaron refuerzos policiales. Por suerte el sonido de los tambores contagio hasta a la alcaldesa, quien dio el sí, y los representantes de la “ley y el orden”se retiraron del lugar y los guardias tuvieron que ver pasar ante sus ojos a los cie
ntos de cabros que saltaron la reja, tomaron posesión y ayudaron a comenzar el viaje con una de las tocatas más calientes que haya tenido Juana Fe. Se formó una comunicación bacán, porque la complicidad y las ganas de disfrutar fluían, las miradas amigas en ese momento iban y venían entre la gente y los juanafeses. Era un momento especial. No sólo porque los antecedentes decían que San Vicente era un lugar donde la gente era terrible de fiestera, sino también porque antes de la tocata Juanito se había encontrado con su profe de música de la media, el que le enseñó a tocar la guitarra, sembrando, de alguna forma, una de las semillas para que floreciera Juana Fe. La tocata no estuvo libre de la mala onda de los guardias por el incidente, pero no vale la pena hablar de eso, ni de las amenazas, ni de las prohibiciones pa darse besos en la plaza... Nos quedamos con lo mejor, con que cuando el Juan pidió que la gente entrara, su profe era uno de los primeros en pasarse y tener esa actitud de la fe, que no es sólo de creer en algo, sino de tener la convicción de que así tiene que ser; con la gente saltando, con los niños bailando arriba del escenario y la energía de los cabros coreando las canciones y eufóricos por haberle dado vida - en complicidad con la banda - a un espacio que antes del recital era un pedazo de tierra en donde el carnaval brillaba por su ausencia.
Entre la alegría y la rabia de la mala onda de los guardias, nos fuimos a la casa donde nos quedábamos entre medio de una villa. Salimos a dar unas güeltas para conocer el río, al lado de la carretera, donde la noche seguía prendida hasta la madrugada. Cuando volvimos, los motores del bus ya estaban prendidos y los bolsos empacados
Emprendíamos el viaje al sur...
Luego pasamos por Lebu, un lugar de la VIII región que celebraba su aniversario con una feria gastronómica. Se come rico en Lebu. El camino que conecta Constitución con Lebu es pulento y tiene unos lugares para quedarse pegado un buen rato mirándolos. Un lugar pequeño con gente cariñosa. Es agradable descansar la vista del exceso de publicidad que abunda en Santiago y los malditos edificios que contaminan el paisaje y destruyen el patrimonio. Lamentablemente no tuvimos tiempo de conocer la costa de Lebu, pero si de probar el curanto y las empanadas de la feria. Nos contaron un par de cosas acerca de como se habían cerrado las minas del lugar y de como muchos buscaban nuevos rumbos en el agüita del río y del mar. Para descansar nos facilitaron unas cabañitas filetes que quedaban en un cerro maravilloso, mirando el mar para disfrutar un puesta de sol de pelos ¡!
Al final del concierto no podíamos ni caminar, entre las poleras, las fotos y los discos, un mar humano nos llenaba de cariño. Lamentablemente nuevamente el bus ya estaba con las meleteras abiertas y listo para continuar por la carretera aun mas al sur, directo al lago Llanquihue...
Amanecemos a las 11 de la mañana frente al lago: impresionante. Nunca habíamos visto un espectáculo tan hermoso. De entradita nos recibe la gente de la muni y nos invitan a una exposición gastronómica con kuchen , strudell , galletas , cecinas, ¡flor de desayu
no¡ Para descansar , nos llevan por unos caminos misteriosos hasta el paraíso , unas cabañas al lado de una laguna con el volcán Osorno de fondo. Aprovechamos de descansar y recuperar energía para el show de la noche, con un escenario frente al lago y rodeado de cocinerías. Antes del recital se realiza una presentación de botes alegóricos, donde se premia al mejor decorado. El borde del río está absolutamente lleno de gente, y cuando suenan los primeros acordes de los tambores, nos tiran toda su energía con las manos hacia el cielo...
Con este tercer concierto se nos acaban los miedos que teníamos al principio, pues pensábamos que en el sur, como las personas conocían solo un par de temas, la pega iba a estar un poco difícil, pero todo parece indicar que nuestras canciones son del gusto de todos y eso nos permite disfrutar en pleno de cada recital.
Volvemos a las cabañas y nos quedamos descansando un día más, hasta que la ruta nos lleve hacia Puerto Montt, donde termina la carretera.
Nos fuimos al encuentro de más cariño. Después de una hora de viaje, al mediodía estábamos llegando a Puerto Montt. Nuevamente nos tocó un alojamiento lejos de la ciudad, pero nos arreglamos igual pa encontrarnos con la gente. Ahí llegó el Pablo a ponernos al día acerca de lo que estaba pasando en Puerto Montt, a contarnos cómo llegaron los noruegos con sus métodos a contaminar a los salmones chilenos y a desencadenar una crisis que dejó a miles de puertomontinos en la complicada situación de no tener pega. También supimos de las movidas culturales que algunos pocos están tratando de desarrollar en este maravilloso lugar. Volvimos después de un año...
Por la noche, la terrible ni que tocata, porque la gente de Puerto Montt tenía ganas de expresarse, tenía ganas de decir que fuma caño y que no son drogadictos, que no son tontos, que también repudian que empresas extranjeras vengan a explotar nuestros recursos naturales y que hagan y deshagan con sus políticas laborales. La tocata estuvo rica, miles de puertomontinos cantando nuestras canciones, saltando y llenando nuestros corazones, y dejándonos listos para seguir nuestro viaje.
Ahora se nos viene Los Muermos, un lugar también de la X Región y nos vamos llenos de fe, convencidos de que nuestro trabajo no es sólo tocar, sino también ir llevando nuestro mensaje cariñoso con nuestra gente y nuestros lugares, porque a pesar que hoy nos enteramos que el municipio de San Vicente de Tagua Tagua ahora le está poniendo color, no podemos dejar de desarrollar nuestro oficio.
Hoy nos preguntábamos cómo hay que hacer para que las cosas de las que nos vamos enterando en el camino, puedan ser conocidas por personas en otros lugares. Cómo vamos a hacerlo para hacer que todo esto que supimos, sea puesto para que sea tema de discusión pública. Esto nos preguntamos cuando vamos llegando a Los Muermos, un lugar en la X región, del cual pocos habíamos oído hablar. De Puerto Montt tuvimos que volver a la carretera, para meternos a un camino de puro campo, de harto espacio verde, y animales, y casas apartadas y esporádicas. A pesar de lo poco conocido que era Los Muermos para nosotros, en el show de hoy debemos tocar junto a La Noche, en el día en que se corona a la reina de este lugar. No se si nos vamos a encontrar con La Noche de nuevo en esta gira, pero Los Muermos esta noche va a gozar...
Cambio de planes. La lluvia funó todo. Pasó que La Noche pudo tocar un rato no más, la coronación no pudo ser y nosotros no pudimos tocar, porque la lluvia se puso densa. Así que la gente se empezó a ir. Lo más lamentable de todo era que habíamos invitado a bailar el Callejero a las niñas del hogar Renacer, que conocimos en la tarde y a quien el Juan les había armado hasta una coreografía. Igual les tocamos la canción en formato reducido par
a que pudieran bailarla, disfrutarla y darles un rato de alegría, que es lo menos que podemos hacer, que es entregarles cariño y ese rato alegre, lejos de turbiedades. En nuestros corazones queda todo el cariño de la gente de Los Muermos, y en nuestras guatitas el queque con el que nos recibieron las dueñas de hogar, agrupació
n de mujeres que son padre y madre para sus hijos, y se reúnen y se organizan.
Viajamos de noche, así que un carretito cortito en el bus mientras nos despedimos de la X región, y después al tuto, porque al día siguiente debemos estar en Bucalemu, en la VI región, donde pensamos que está todo pasando...